- Ahora resulta que el Gobierno malvado es el de Filipinas, no el de China.
- Según las teles, Duterte, no Jinping, es el tirano al que Trump debería combatir, en lugar de callarse.
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Y no olvidemos, además, que Filipinas es un país hispano.
Algo tiene la figura de
Donald Trump que enloquece a la progresía. Ojo al dato: casi todas las televisiones del mundo mundial, la tele, ese poder omnímodo e intelectualmente flácido que nos controla, recriminará a Trump que no levantara la voz por los derechos humanos que el pistolero
Duterte vulnera en Filipinas. Al final, ha impuesto la
ley del terror contra el narco y un poco contra los
yihadistas. Les combate con sus propias armas… y eso no puede ser.
Trump, en efecto, debió hablar ante el peligroso majadero Duterte.
Ahora bien, el mismo pecado cometió Trump -callarse-
en una tiranía mucho más sangrienta y mucho más poderosa que la Filipinas de Duterte: la China de
Xi Jinping.
Y mira por dónde, nadie le ha reprochado al presiente norteamericano su
ominoso silencio en China ante la tiranía demográfica y la persecución sangrienta a los católicos. Pero claro, aquí las víctimas son los católicos.
Porque Filipinas, al lado de China, es un
paraíso de libertades.
Y no olvidemos, además, que Filipinas es un país hispano.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com