- La historia del aborto: se empieza por el mal menor y se acaba en los derechos aberrantes.
- Ergo, el que se oponga al aborto es un criminal.
- Y quien ayude a tener hijos es un ser molesto al que se le prohíbe cualquier acceso al dinero público.
- Es decir, que estamos en la blasfemia contra el Espíritu Santo.
Isabel Ambrosio (
en la imagen), alcaldesa de Córdoba, resulta muy singular: es del
PSOE, pero gobierna con un tripartito de socialistas, comunistas y Ganemos, de la órbita Podemos, como su misma rima implica.
Ambrosio, la de la carabina, es de las que guardó un minuto de silencio por los bombardeos franceses al Estado Islámico tras el atentado de París. Es muy pacífica esta señora.
Ahora ha dado un paso más y
ha suprimido la subvención para
Red Madre en Córdoba, es decir, a la principal asociación que ayuda a las madres abandonadas o escasas de medios a traer a su hijo al mundo en lugar de matarlos.
Y es que a Isabel Ambrosio -la de la carabina- le molestan este tipo de filantropías: seguramente pensará que atenta contra el derecho al
aborto. Es decir, se empieza pidiendo la despenalización del infanticidio y se acaba convirtiéndolo en un derecho. Ya saben, de mal menor a derecho aberrante.
Y si se trata de un derecho, entonces, naturalmente, se producen dos consecuencias:
- Aquel que se oponga a un derecho es un delincuente tipificado y perseguible.
- Al que ayude a una mujer a tener un hijo -odiosa maternidad- debe ser combatido y, por supuesto, privado de cualquier dinero público que, por cierto, es el dinero de todos, incluido de Red Madre y de las mujeres que más lo necesitan: aquellas a las que todo el mundo abandona cuando quieren ser transmisoras de la vida en lugar de asesinas de sus hijos.
Es decir, el bien se convierte en mal y el mal en bien. Se financia el aborto y se persigue la
vida. Es decir, la blasfemia contra al Espíritu Santo, que no es más que eso: cambiará lo bueno en malo y lo malo en bueno: adorar a Satán. Es el signo de nuestro tiempo.
Como la alcaldesa de Córdoba.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com