- Naturalmente, salario digno, lo que en España supone subir el salario mínimo hasta los 1.000 euros.
- Si quieres solucionar la precariedad promulga un solo contrato laboral.
- Indefinido, con indemnización pactada de antemano.
- El trabajo será fijo, con cualquier contrato… siempre que sea necesario.
- Al final, siempre acabaremos en las tres patas de la mesa: despido libre, impuestos bajos, salarios dignos.
- No es el mercado quien debe fijar los salarios, porque el factor trabajo no es un factor más de la producción: lo forman personas.
Cifras de paro registrado del lunes 4: baja el paro, sube la Seguridad Social.
¿Son buenas o malas? Son malas, pero no por lo que expelen los demagogos. Son malas porque
el paro sigue muy poco por debajo del 20%, cuando tenía que estar en el 5%, como en el Reino Unido o Alemania. Es decir, sin desempleo.
Pero no es malo por lo que sueltan los aprendices del tópico (que en España son legión), que acuden prestos al empleo precario. Sí, se ha creado empleo pero en un 95% es precario. Por precario entienden temporal.
Al parecer, nadie ha caído en la cuenta de que
la temporalidad es una cuestión psicológica. Si un trabajador fijo no funciona el empresario se librará de él, sólo que le saldrá más caro. Lo que proporciona seguridad y continuidad al empleado es que mi trabajo resulte útil a la empresa y a la sociedad, no el tipo de contrato. El trabajo será fijo con cualquier contrato siempre que sea necesario.
Por tanto, si quieren ustedes acabar con la precariedad, es muy sencillo: promulguen
un sólo tipo de contrato, siempre indefinido y con indemnización pactada de antemano. Eso supone que hasta Ciudadanos puede tener buenas ideas.
No, la precariedad en el empleo, la injusticia en el mundo laboral, radica en pagar salarios de subsistencia o que sea el mercado quien imponga el salario, como ocurre en España, al grito de "si no aceptas trabajar por 10 otro vendrá que lo aceptará por 9". Eso es lo grave. Y también está en manos del Gobierno: suba el salario mínimo hasta los 1.000 euros mensuales. El mínimo, que indicia los salarios bajos, no a los salarios medios ni a las rentas altas.
Menos rollos con la precariedad. Lo relevante son los salarios.
Y no olviden lo que recuerda la
Doctrina Social de la Iglesia (DSI): el mercado no puede ser quien marque el salario, porque, como completa
Karol Wojtyla, el factor trabajo no es un factor más de la producción: está compuesto por personas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com