- El fondo Bodenholm Capital habla de "pasivo oculto de ACS" y la empresa de Florentino se descapitaliza en 760 millones de euros.
- Se repite el caso Gowex-Gotham City. El primero hacía trampas, el segundo lo denunció pero para forrarse.
- Los analistas y los fondos tienen bula en los mercados especulativos. Todo un peligro.
- ¿Qué ocurriría si la especulación financiera desapareciera de la noche a la mañana? La respuesta es: nada.
Decíamos ayer que no se puede hablar a la ligera. El fondo buitre
Bodenholm Capital acusó a ¡Oh capitán, mi capitán! de mantener una deuda oculta y
ACS se derrumbó en Bolsa. Ya saben: a ninguno por si acaso le fastidiaron. Al final, ¡Oh capitán mi capitán! ha decidido demandar a
Bodenholm. Ha hecho bien, aunque no creo que
Florentino Pérez consiga mucho. Los analistas tienen patente de corso.
Se repite así el asunto
Gowex-Gotham City, que no es la ciudad a la que salva, una y otra vez, el hombre-murciélago, sino otro fondo jetas, también llamado buitre.
Que conste que Bodenholm tiene razón cuando habla de pasivo oculto de
ACS, pero resulta que ese pasivo es legal. Y, que yo sepa,
los especuladores financieros no se mueven por el pecado y la inmortalidad sino por la ley y la ganancia rápida.
Se refieren los chicos del fondo a la deuda que Florentino coloca en sus "disponibles para la venta", por ejemplo en sus renovables.
Desde Hispanidad lo hemos criticado una y otra vez: la deuda sigue siendo tuya hasta que te deshagas del activo a la que está ligada. Pero resulta que la ley le permite a Florentino separar lo que es su deuda de renovables (listas para la venta pero que no se ha vendido en 3 años) de la
deuda corporativa. Ergo, por tanto, no se puede hablar de trampas contables.
Porque claro -y ahora hablamos del ofensor, no del ofendido- a lo mejor -mera hipótesis de trabajo- ocurre con Bodenholm lo que ocurrió con Gotham City, que se aprovechó de la denuncia a Gowex para forrarse, jugando a la baja. En otras palabras,
cuando Gotham denuncia a Gowex ya ha comprado acciones con pacto de recompra. Luego hunde las acciones y las devuelve a títulos abaratados: operación redonda.
Y claro que Gowex hinchaba las ganancias, pero, al denunciarlo, a Gotham no le movían los buenos sentimientos sino la avaricia,
a costa de hundir una compañía.
En cualquier caso,
Bodenholm puede tener razón de no haber acusado a ACS con falsedad. Si ha acusado con falsedad puede perder el juicio pero lo más seguro es que salga indemne. Insisto,
los analistas y los fondos tiene bula. Y si ha dicho la verdad, aunque lo haya hecho para forrarse, no sólo no ganará el juicio sino que encima se disparará su valor y su prestigio.
Los perdedores, claro, será toda ACS y, en particular, sus accionistas minoritarios.
Porque ese es el problema de los
mercados financieros especulativos (el 99% de la bolsa actual): no es que lo suyo sea ético o inmoral. El asunto es por qué existen. De hecho, la mejor definición de
especulación financiera es esa: especulación es aquello que, si desaparece esta noche, a nadie le ocurriría nada (salvo al especulador).
El síndrome ACS recorre el mundo: las denuncias, interesadas, de los fondos buitre demuestran la grandiosa mentira de los mercados financieros.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com