• El desprecio por la historia y la obsesión por el futuro.
  • Así se forja el país más poderoso del mundo… y uno de los más pueriles.
  • La obsesión por el futuro es lo que ha dado lugar a que, verbigracia, el hombre moderno considere que la tontuna evolucionista es ciencia irrefutable.
  • En cualquier caso, mejor que el patán Trump que la siniestra Hillary.
  • El retrato que estamos haciendo de Trump en Europa es una calumnia políticamente correcta.
  • Obama y Clinton se comportan como europeos degenerados, es decir, progresistas.
Una de las frases favoritas de los norteamericanos es esa: "El pasado es el prólogo". Quizás por ello, los Estados Unidos han logrado convertirse en la primera potencia mundial… y en uno de los pueblos más pueriles del mundo. Lo propio de Donald Trump (en la imagen junto a Hillary y Obama) es comportarse como un elefante en una cacharrería. Claro. ¿Acaso Estados Unidos ha hecho otra cosa en su corta historia? Lo bueno que tiene USA es que se trata de un elefante que siempre está en movimiento, y, en ocasiones, hace cosas buenas. Además, es un elefante comprometido, siempre dispuesto a echar una mano al vecino. Incluso cuando el vecino no lo ha solicitado. Lo que quieren decir los norteamericanos es que podemos prescindir del pasado, que el principal está en el presente y en el futuro, en una perpetua realización evolutiva. Si se detuvieran ahí, en el presente, no me preocuparía. En verdad, el pasado puede convertirse en una obsesión que paralice la libertad del hombre, pero resulta muy difícil, siempre tendente al fatalismo. Pero, ojo, lo habitual es prescindir del pasado y despreciar el presente, en una aceleración insensata del ritmo vital que nos lleva a la obsesión por el futuro. Y de ahí proceden todas las memeces y algunas de nuestras desdichas. Por ejemplo, la tontuna progresista. Porque, claro, resulta que el futuro no es, como decía Lewis, lo que alcanzan los elegidos, sino lo que alcanzamos todos y cada uno, a ritmo de 24 horas al día y 60 minutos por hora. Todos: los listos y los tontos, los pacíficos y los energúmenos. La obsesión por el futuro es lo que ha dado lugar a que, verbigracia, el hombre moderno considere que la tontuna evolucionista es ciencia irrefutable. Por ejemplo… Europa, mucha más sabia que América, a pesar de que últimamente sufre un ataque de idiocia aguda, siempre ha vivido muy pendiente del pasado. Es más, el historiador es un tipo aún valorado en el viejo continente. Pero el ciudadano sensato mira el pasado como escuela de aprendizaje para el presente, al tiempo que prescinde del futuro. Bajemos ahora hasta Donald Trump. No es un intelectual pero tampoco es un peligroso liberticida. No es Einstein pero no tiene nada de idiota. Sólo es un norteamericano, tan simple como Obama, más gañán pero menos pedante que don Barack y menos obsesionado por la tontuna futurista que el propio Obama o que Hillary, que son dos progres de mucho cuidado. Insisto: entre el patán de Trump y la siniestra Hillary, me quedo con Donald, de aquí a Lima. Toda la basura que sobre Trump están echando encima los medios europeos no son más que la frivolidad gringa traspasada al viejo continente. El retrato que estamos haciendo de Trump en Europa es una calumnia políticamente correcta. Lo que me preocupa es ver a los norteamericanos imitar a los europeos. Es decir, hacerse los progres. Porque eso es lo malo: con Trump en la Casa Blanca (si es que no prospera el golpe de estado civil que alienta el NOM) se ha detenido la triste marcha de USA hacia el imperio de la progresía. Porque Obama y Clinton se comportan como europeos degenerados, es decir, progresistas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com