• Los delitos de odio están sirviendo para que todos los canallas de este mundo se venguen de sus enemigos.
  • Y con el dinero y los medios del Estado. Así les sale gratis.
  • El primer beneficiario son los lobbies gay y feminista. Ideología de género en vena.
  • Su primera víctima: los cristianos.
Lo celebran como un gran triunfo contra la intolerancia: aumentan las denuncias y condenas por delitos de odio. Como si el triunfo de la justicia consistiera en el incremento de las denuncias y de las condenas. Cuando la ley es injusta, como es el caso, cuantas menos denuncias y menos condenas haya, más justicia. Insisto: los delitos de odio (en España, artículo 510 del Código Penal) no han servido para otra cosa que para que todos los miserables de este mundo se venguen de sus enemigos. Y gratis, porque es el Estado quien financia y hace todo el trabajo. El denunciado, por el contrario, no se enfrenta a quien le acusa de odiar a no se sabe quién o qué, sino que se enfrenta a la Fiscalía, al todopoderoso Estado. Te pueden caer hasta cuatro años de cárcel. Pocas bromas. El primer beneficiario de los delitos de odio son los lobbies gay y feminista. Si algún homosexual, o alguna cruzada de los derechos de la mujer se sienta ofendida por meros argumentos, por la más mínima discrepancia con los tópicos de género o sencillamente si les caes mal… estás incitando a la ideología de género en vena. Su primera víctima: los cristianos. Si se te ocurre recitar en voz alta, no digamos nada en un diario, los principios cristianos, puedes ser acusado de machista, u homófobo. Y te la has cargado muchacho. Pero todos nos alegramos mucho de que aumenten las denuncias y condenas por incitación al odio y la violencia. Esto recuerda lo del gran René Goscinny: ¡Qué imbéciles más simpáticos! Eulogio López eulogio@hispanidad.com