BBVA, sacudido por la crisis turca BBVA: Torres Vila no convence
Tenemos tanto miedo a morirnos que para comprar un alma lo mejor es asegurarle una vejez lustrosa.
La mejor manera de comprar el alma de un hombre en esa época de materialismo primario consiste en asegurarle su jubilación.
Sólo el miedo a la muerte supera en el hombre actual el miedo a la vejez. Quizá por eso los médicos no nos han alargado la vida, nos han alargado la vejez.
El ex Ceo del BBVA, Ángel Cano (en la imagen junto a FG), no lo había hecho mal. Es más, podría seguir haciéndolo muy bien. Pero Francisco González siempre teme a los jóvenes triunfadores: podrían quitarle el puesto. Por eso, decidió jubilarle a los 54 años de edad. Pero como el personal ya está 'aprendido', tras episodios como el de José Ignacio Goirigolzarri, uno de los mejores banqueros españoles, Ángel Cano ya había puestos sus condiciones. Total, que el absurdo despido y jubilación forzosa de Ángel Cano por FG, para que no le hiciera sombra, le va a salir al BBVA por la broma de 1,8 millones de euros anuales hasta que la parca le lleve, lo que sin duda desearán algunos accionistas del BBVA. Nosotros no, que conste.
Sin ánimo de molestar, Cano goza de buena salud y se le puede ver corriendo por las inmediaciones de su casa, ubicada en una urbanización de lujo madrileña: me temo lo peor.
La permanencia de FG sale demasiado cara, no sólo a los accionistas, sino también a los trabajadores y a los clientes del BBVA. ¿Qué pasaría si los accionistas pudieran opinar sobre las jubilaciones de sus directivos? Jubilaciones forzosas, claro está.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com