Se trata de una protesta bien enfocada: esperemos que no se desmadre. Los agricultores españoles han salido a la calle no por un razonamiento sino por una vivencia: se están arruinando. Y el Gobierno culpable de la situación por su bobo progresismo, les trata como a ultras peligrosos. Gente con tan mala baba como el ministro Grande-Marlaska o el mismo Pedro Sánchez, son capaces de tamaña villanía y de muchas más. 

Ahora bien, lo mejor de las actuales protestas de la gente del campo es que, por primera vez, se han dado cuenta de cuáles son dudas dos peores enemigos: la PAC y la Agenda 2030.

Respecto a la Política Agraria Común, la verdad es que no me gusta el planteamiento, Ya saben que la PAC consiste en subvencionar al agricultor, no por producir sino por no producir. Y naturalmente, las subvenciones no son malas sólo en su origen, sino también en su desenlace: no pueden mantenerse indefinidamente y ahora ven cómo se reducen los fondos por la PAC. Les comprendo, pero la PAC debe desaparecer.

Pero si digo que toda va mejor enfocado me refiero, sobre todo, a la Agenda 2030, que esa sí que no hay por dónde cogerla. Insisto: la ecología es el veneno de la economía. O como explicaba un agricultor ante las cámaras de TV: no me voy a comprar un tractor eléctrico porque aún tengo que pagar el de gasóleo. 

Una protesta bien enfocada. No creo que sirva para nada práctico pero sí para denunciar el gran engaño de la economía, verdadero veneno de la economía actual. Porque la agenda 2030, el 'salvemos al planeta y fastidiemos a las personas', no es sino la criatura de los Objetivos del desarrollo Sostenible (ODS), los 10 -son 17- mandamientos del Nuevo Orden Mundial (NOM).

¡Bien por los agricultores españoles!