‘Delirius Petro’. Así se puede resumir que Gustavo Petro ha pedido a Joe Biden una ‘enmienda a la totalidad’ de los combustibles fósiles. Parece que lo siguiente podría ser la vuelta a la caverna… y eso que acaba de cumplir 63 años, edad sobre la que refiere que “es como tener 40”.

El presidente colombiano se reúne con el estadounidense y le pide “pasar del capital fósil, de la codicia fósil”… “a una economía que no use ni carbón, ni petróleo, ni gas”. Todo sea por salvar el planeta porque considera que se están “demandando energías que extinguen la humanidad y la vida”. ¡Qué considerado, Petro! No se sabe la respuesta de ‘Yayoyou’ Biden (80 años) pues desde que estalló la guerra en Ucrania está haciendo un gran negociazo exportando combustibles fósiles a Europa, destacando España: en 2022 se convirtió en nuestro primer proveedor de gas (gracias al caro gas natural licuado, que cuesta más del doble que el gas procedente de gasoducto) y segundo de petróleo.

Y Petro, como buen izquierdista y ultraprogre, va algo más allá, al considerar que sin esas energías y con una agenda común de “democracia, libertad y paz”, América “puede ser padre de la humanidad, vanguardia de la humanidad”. Eso sí, debería repensar un poco su oposición a los combustibles fósiles porque por mucha histeria climática que haya, Goldman Sachs y la AIE tienen claro que cada vez se consumirá más petróleo. Además, en esta época de crisis la mejor receta es producir más y consumir más, y aunque crezcan las renovables, no pueden cubrir toda la demanda y necesitan respaldo.