Sr. Director:

El Mesías anunciado desde hace muchos siglos, el Salvador del mundo, Dios con nosotros, nace de su Santísima Madre la Virgen en Belén de Juda, en un establo porque no había sitio para Él en la posada. La HUMILDAD DIVINA que se hace humana, y ante este Divino Infante, se postraron y le adoraron, primero los pastores, los más humildes, y también los Reyes. ¡Qué Paz, que alegría, que gozo encontraron en la presencia de aquel Divino Infante, y postrados de rodillas le adoraron.! ¡¡¡Pues Aquel Divino Infante, ya muerto y resucitado, se encuentra Vivo y Presente en la Divina Eucaristía!!! Imitemos a los pastores y a los reyes y postrémonos de rodillas ante su Divina Majestad y adorémosle. Si así lo hacemos, sentiremos la Paz, la alegría y el gozo y todos los días viviremos con el espíritu navideño. ¡Feliz y Santa Navidad!