Sr. Director:
El barómetro de octubre del CIS de Tezanos ha vuelto a suscitar controversias. Entre otras cosas, por los temas que elige para sus sondeos recogiendo las supuestas preocupaciones de los españoles, entre las que no estaría la amnistía, pero sí el inagotable episodio del piquito de Rubiales a la futbolista Hermoso. Es un burdo modo de desviar la atención hacia donde interese en cada momento a quien goza del poder. Y esto quizás siempre haya sido así con el CIS, pero al menos en otras épocas se abordaban temas de mayor enjundia.
Como en 2014, donde se preguntaba cuántos españoles estarían dispuestos a luchar en defensa de España en caso de una supuesta agresión de un enemigo exterior, y sólo un 16% se mostraban favorables. Junto a tan triste dato, la mayoría de consultados apostaban además entonces por reducir el presupuesto de las Fuerzas Armadas, seguramente considerando que en España no existían amenazas ni peligros importantes. Comprobando hoy la situación internacional y cómo se las gastan los yihadistas islámicos, que además suelen reivindicar un día sí y otro también la «recuperación» de su anhelada Al-Andalus, recordar los datos de la encuesta anterior provoca un cierto cosquilleo de garganta...
Aunque bien pudiera ser, que ese 84% de españoles que no estarían dispuestos a defender su patria, simplemente considerase que de aparecer por aquí unos supuestos invasores lo harían por mar pacíficamente y de buen rollito. Vendrían a pagarnos la pensiones y a ofrecernos las plurales diversidades culturales de sus pueblos; y especialmente para aconsejar sobre las vestimentas de las mujeres españolas. Gracias a que el avance en progresismo ha convertido en materia prohibida cualquier encuesta como la citada de 2104, no se desvela públicamente nuestro grado de complaciente indefensión. Pero por mucho que se silencie y nos engañemos, si no lo remediamos a tiempo nos espera la del pulpo.