Sr. Director:

En los años 60 y 70 del pasado siglo, el marxismo tenía una fuerza indiscutible entre los universitarios españoles, se daba una mezcla de reacción al régimen y de preocupación por las clases sociales más desfavorecidas, nos sentíamos atraídos por la preocupación por los más necesitados, especialmente por los trabajadores que teóricamente desde el marxismo se defendían.

Con la caída del Muro de Berlín, las consecuencias negativas y sus secuelas en los países donde se implantó el marxismo y las indiscutibles mejoras sociales acaecidas entre los trabajadores en los países occidentales, a los que ahora han abandonado, los partidos marxistas y de clase han quedado sin los principios ni fundamentos.

Esto hace que los pocos que aún militan en ideologías de corte marxista se encuentren con frecuencia a la deriva y acaben tomando posturas netamente burguesas, ocupando el espacio radical, ecologista y en general antisistema. En esta situación no es de extrañar que Izquierda Unida se alinee con posiciones tan radicales y burguesas como las mantenidas por la ILGA y pida expresamente que en el Ayuntamiento de San Sebastián ondee la bandera gay en lugar de la bandera de España porque "esta bandera, la de los gays, ahonda en la pluralidad de la ciudad y no en la crispación de los donostiarras".

 Xus Do Mar

xusdomar@gmail.com