Sr. Director:
Afortunadamente, de la pandemia sólo queda el recuerdo- un mal recuerdo-. En 2023, podemos celebrar abiertamente, sin miedo alguno, la Fiesta del Corpus Christi con su procesión obligada para la Iglesia. Se conoce el dicho: “«Tres Jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión».Ahora, sólo en algunas localidades, el “Corpus Christi” se celebra en jueves: cuando es su fiesta patronal, como en Toledo, por ejemplo.
La fiesta del Corpus es la fiesta de la Eucaristía, de ese milagro divino que convierte el vino y el pan en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, hecho que sucede en la celebración de la Santa Misa. Tan importante es, que merecía una fiesta centrada exclusivamente en la Hostia Santa. Como dijo el Papa Benedicto XVI, “es un misterio que es preciso adorar y amar siempre de nuevo”. Lo recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica: "Jesucristo está presente en la Eucaristía, de un modo verdadero, real y substancial: con su Cuerpo y su Sangre, con su alma y su divinidad. Por consiguiente, de modo sacramental” (Catecismo de la Iglesia católica, n. 1374). ¿Cómo adorar? Salvo el caso de artrosis o enfermedad, se adora de rodillas, en señal de humildad ante Dios, que es Majestad infinita; de arrepentimiento; con amor al que es el Amor de los amores. Evoco estas palabras del Papa sabio y santo Benedicto XVI: “Puede ser que la cultura moderna no comprenda el gesto de arrodillarse, en la medida en que es una cultura que se ha alejado de la fe, y no conoce ya a aquel ante el que arrodillarse es el gesto adecuado, es más, interiormente necesario. Quien aprende a creer, aprende también a arrodillarse. Una fe o una liturgia que no conociese el acto de arrodillarse estaría enferma en un punto central”.