Sr. Director:

Escribo mucho pero no puedo callar, como decía San Pablo: “Ay de mi sino evangelizo” Empezaré pidiendo perdón, por si alguien se ha considerado ofendido, por supuesto que nunca he pretendido ofender a nadie, se pueden juzgar los hechos pero no a las personas. Nací en 1936, he pasado la miseria más absoluta, fui monaguillo, en las iglesias todas tenían comulgatorio, y los fieles, salvo los impedidos comulgaban de rodillas y en la boca. Participé en la Adoración Nocturna 50 años. Y tengo que manifestar que a mí nadie me puede decir que no obedezco al Magisterio de la Iglesia, por que han surgido, como dijo San Pablo, falsos profetas que no resistirán la sana doctrina...

Desde que se permitió por desobediencia a las normas del Papa Pablo VI, que confirmó y exhortó a los obispos y a los fieles a mantener la norma vigente desde hace muchos años, de dar la comunión a los fieles, es decir, de rodillas y en la boca, todo ha ido empeorando progresivamente. Esa norma, según manifestaron muchos obispos y teólogos, indican una falta de fe y el resultado es que se ha desacralizado  la Divina Eucaristía. Yo, desde el principio y siguiendo las normas del Magisterio, nunca he comulgado en la mano y si sigo con vida, (estoy caminando por los 88 años) creo, y así lo he entendido, es porque Cristo me mantiene con vida para luchar contra la desacralización de la Divina Eucaristía. Y yo, doy gracias a Dios que me ha permitido darme vida para su mayor gloria y la salvación de las almas.