Continúa la polémica en Rusia por la intención gubernamental de ilegalizar a los testigos de Jehová, como venimos informando últimamente en InfoRIES.
Los comparecientes ante el Tribunal Supremo de Rusia afirman que la organización religiosa prohíbe a sus seguidores comunicarse con los familiares infieles, tener un trabajo bien remunerado y estudiar en las universidades. Lo leemos en Sputnik News.
La destrucción de la familia
"Yo era adepta profunda de los testigos de Jehová, y toda mi vida se basaba en difundir información acerca de la organización. Nos prohibían comunicarnos con otros miembros de la familia, si no eran adeptos. Así la familia se destruye. Tenía un trabajo mal remunerado para disponer de más tiempo para difundir la información y creía que esto era normal", confesó en el juzgado, donde se está considerando la demanda del Ministerio de Justicia sobre la suspensión de los testigos de Jehová en el país eslavo, Natalia Korétskaya.
Según la ex miembro de la organización religiosa, los testigos de Jehová "consideran como un mal la educación superior". "Creen que la educación superior es un pecado, y que todo el mundo está bajo el poder de Satanás", afirmó. Korétskaya aseguró que el centro de gestión de la organización religiosa controla estrictamente la vida de sus creyentes. "Los testigos de Jehová viven bajo un control total del centro de gestión. (…) Todas las esferas de la vida se someten a un control total, incluida la íntima", confesó. "Fui miembro de la organización durante 14 años. Y cuando me fui, tuve que reconstruir mi vida de nuevo, aprender a comunicarme con la gente", declaró la testigo. Sin embargo, Korétskaya no informó sobre la difusión de literatura extremista por parte de la organización.
Otro testigo, el ex adepto Pável Zvérev, declaró ante el tribunal que cuando era seguidor de la organización se sentía superior a los cristianos. "Mis amigos de la organización y yo nos considerábamos superiores. Dentro de mí, se formaba una actitud de odio hacia la ortodoxia y el clero", confesó. Zvérev afirmó también que no había recibido educación superior. "A instancias de la organización no recibí educación superior, no podía conseguir empleo bien pagado ni mantener a mi familia", explicó. Por su parte, el juez preguntó al testigo si sabía por qué algunos otros adeptos no solo se graduaron de universidades, sino también recibieron un grado académico. Zvérev supuso que lo habían recibido antes de unirse a la organización.
Los testigos se defienden
El testigo por parte de la organización religiosa, a su vez, insistió en que los adeptos nunca han participado en las actividades extremistas. "No sucede nada extremista en nuestra organización, nos instan a abandonar la literatura prohibida, deshacernos de ella. Pero hay gente deshonesta, antes del inicio del culto siempre comprobamos por si alguna abuelita ha escondido literatura extremista detrás del inodoro, o el radiador, o bajo las escaleras", declaró el testigo y profesor universitario Valentín Zaviálov.
En 2004, un tribunal de Moscú disolvió una de las comunidades de los testigos de Jehová y prohibió sus actividades. Fue declarada culpable, en particular, de reclutar a niños, incitar a sus seguidores a separarse de sus familias, empujar al suicidio y denegar la asistencia médica. En 2014, el Tribunal Supremo ruso declaró "extremista" el sitio web y tres de los libros de la organización. El último caso se produjo en febrero, cuando las autoridades inspeccionaron los edificios de la organización y encontraron que el movimiento viola la legislación rusa referente a la lucha contra las actividades extremistas.
Los testigos de Jehová son una organización religiosa fundada en 1931 y con sede central en Nueva York. Comparte numerosos preceptos de corrientes no tradicionales del cristianismo y basa sus creencias en un entendimiento propio de la Biblia. En Rusia, el movimiento cuenta con unos 175.000 seguidores, asentados en 2.547 comunidades.
Testimonio de un ex adepto
Al principio, la promesa de vivir un nuevo paraíso en la tierra que ofrecen los testigos de Jehová le convenció para adoptar esta religión como "una gran alternativa" al miedo a la muerte que sufría. Un joven ruso que formó parte de los testigos de Jehová ofreció una entrevista al portal Afisha Daily en la que narra cómo después de dedicar muchos años a la congregación religiosa decidió abandonarla, una tarea que según él, fue un auténtico calvario. Lo narra RT.
Iván (cuyo nombre real no fue revelado) tuvo su primer contacto con la organización a los 11 años de edad a través de su padre, quien ya asistía a sus reuniones. Al principio, la idea de vivir en un nuevo paraíso en la tierra que le prometían le hizo pensar que adoptar esa religión sería "una gran alternativa" al miedo a la muerte que sentía. Tras innumerables sesiones y estudios de la Biblia con ayuda de dos testigos que frecuentaban su hogar, Iván comenzó a asistir por sí mismo a la congregación a los 14 años de edad, y cuando cumplió los 19 fue bautizado.
A medida que escalaba dentro de la jerarquía de la organización, debía dedicar más y más horas al voluntariado, a la evangelización, e incluso se vio obligado a dejar su ciudad y su familia durante varios años: "Ingresé en una escuela de entrenamiento ministerial. Me sentía como si fuera un estudiante de Oxford o un miembro de una prestigiosa élite". Finalmente, el joven logró alcanzar el grado de 'anciano', con el cual llegó a administrar y dirigir una congregación. "Ellos [los ancianos] toman las decisiones importantes y predican en las reuniones semanales. Tratan los pecados y excluyen a aquellos que no se arrepienten", explica.
Sin embargo, Iván comenzó a sentir paulatinamente un "desagrado" con su condición. Empezó a visitar con frecuencia páginas de apóstatas (ex testigos que abandonan la fe y la critican) y, aunque continuaba siendo creyente, era consciente de que no tenía adonde ir. "Si te vas, lo pierdes todo: tu posición, tu honor, tu familia y tus amigos (…) muchos dudan del valor de las enseñanzas, pero no pueden salir porque no están preparados para afrontar una vida fuera. Salir de allí es como saltar desde un avión", describe.
Según su relato, el joven encontraba cada día más razones por las cuales no quería seguir siendo testigo de Jehová. Desde la censura y la exclusión a la que son sometidos quienes cometen faltas hasta el hecho de no poder recibir transfusiones de sangre. "No podía predicar algo en lo que ya no creía más", afirma. Por tal motivo, decidió renunciar oficialmente a sus cargos "sin escándalos". No obstante, fue repudiado por sus antiguos correligionarios, que lo catalogaron como "apóstata" después de leer unos extractos de su correspondencia que obtuvieron sin permiso.
Pese a haber sido juzgado y perder su título de anciano, el joven sigue siendo oficialmente testigo aunque, según describe, se niega a asistir a sus reuniones porque sería tratado como un "leproso". Tuvo suerte, porque muchos de sus amigos continuaron hablando con él. Sin embargo, hay quienes dejaron de hacerlo porque, "supuestamente, perdí la oportunidad de salvarme", asegura. "No tengo miedo de la persecución por parte de los testigos, aunque muchos de ellos me han localizado en Internet y han tratado de asustarme", revela Iván.
¡Que se levante el telón!
En Sputnik News se ha publicado también un artículo en el que Liliya Khusainova explica que Rusia es un país muy tolerante, lo que se prueba por su multinacionalidad y el hecho de que en su territorio viven más de 190 pueblos. Y si está valorando una demanda relativa al reconocimiento de los testigos de Jehová como una organización extremista, sin dudas tiene algunas razones sólidas para ello. Pero, ¿de qué se trata en particular? El Tribunal Supremo de Rusia ya escuchó los testimonios de cuatro ex miembros de la organización religiosa, quienes afirmaron haber experimentado un "control total" (extractados más arriba).
Entretanto, no todas las funciones de los testigos de Jehová son tan inocentes como afirman sus líderes. Así, por ejemplo, el diario ruso KP logró obtener un curioso documento que contenía instrucciones de los dirigentes de la organización para proporcionar una presión externa sobre el proceso legal y minimizar las pérdidas potenciales. La principal herramienta es una campaña de cartas, organizada por la sede estadounidense.
Lo más extraño es que aquellas instrucciones llamaban a escribir cartas al presidente de Rusia, al primer ministro, al fiscal general, al ministro de Justicia y al jefe del Tribunal Supremo. Según algunos datos, se trata de decenas de miles de cartas. Mensajes similares se dirigen masivamente hacia las instituciones rusas en el exterior. En América Latina, Kosovo y Mozambique ya han recibido bolsas de correspondencia, informa KP.
"Envíen una carta personal directa a uno o más funcionarios de los que figuran al final de este documento. Junto con la carta, no hay que enviar ninguna literatura. No mencione el nombre de Testigos de Jehová de Rusia", reza el mensaje citado por KP. Los expertos destacan que tales métodos de acción son una prueba de actividades ilegales.
"El documento es ciertamente auténtico: es la manera de comunicación de los líderes de los testigos de Jehová con sus adeptos. Pero, resulta que no todos ellos están imbuidos de la idea de conspiración, y los hechos interesantes de esta índole salieron a la luz. Y así son las sectas totalitarias: conspiración, control estricto de cultistas, recomendaciones voluntario-obligatorias para hacer algo y, por supuesto, la presión sobre el Tribunal en una escala global. No se olviden de las recomendaciones financieras (…). Las recomendaciones para el fraude con buenas intenciones sin duda tienen que provocar interés de las autoridades competentes", explicó el especialista en religiones e historiador ruso Román Silantiev.
Los ex miembros destacan que los testigos de Jehová estimulan fuertemente que todos hagan donaciones, entre ellas de bienes raíces, que se destinan para las actividades de la organización. Varios blogs y fórums rusos están llenos de quejas, por verificar, de que la organización encuentra a las personas vulnerables y recurre a varios métodos para privarles de sus propiedades. Se espera que en la próxima reunión, el 19 de abril, el tribunal procederá al estudio de los materiales escritos del caso y se celebrarán audiencias orales.
RIES (Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas)