Sr. Director: Tras el anuncio del comunicado de desarme de la banda asesina etarra, Pablo Iglesias, además de repetir como el resto de políticos los tópicos sobre la consolidación de la paz y la convivencia, y frasecitas más o menos cercanas a las víctimas, manifestaba su deseo por el acercamiento de los presos etarras al país vasco, ya que «todos los presos tienen derecho a cumplir su condena cerca del domicilio de sus familiares». Esta preocupación resulta muy comprensible, dada la demostrada sensibilidad de Iglesias hacia los liberadores de pueblos oprimidos que inspiran sus criminales acciones en el nefasto y letal marxismo revolucionario. Aunque, en aras de la defensa de la sinceridad política, habría que agradecerle que en este tema manifieste lo que piensa, a diferencia de tantos otros gobernantes y políticos que mienten o callan. Porque en todo lo referente a ETA y al futuro de sus presos, a sus excarcelaciones y acercamientos penitenciarios, a sus reinserciones sociales con todos los honores y acogimientos populares..., parece cada vez más incuestionable que existe una hoja de ruta atada y bien atada, y posiblemente hasta «presupuestada», de la que no se nos informa a los españoles, pero que se irá cumpliendo inexorablemente. Y todo eso sucederá a pesar de que quedan más de trescientos asesinatos etarras sin resolver, que previsiblemente quedarán ya impunes. En fin, lo archisabido desde hace tantos años: que las víctimas siempre pierden. Miguel Ángel Loma