Mientras la Santísima Virgen estaba sentada en íntima oración, llena de anhelo de Jesús, vi que un ángel se presentó ante ella a decirle que fuera al portillo que tenía Nicodemo en la muralla, porque se acercaba el Señor.
El corazón de María desbordó de gozo; se envolvió en su manto y dejó a las santas mujeres sin decir a nadie dónde iba. Fue sola y de prisa al portillo de la muralla de la ciudad por el que habían venido del jardín del sepulcro. Informa Religión en Libertad.
Juan March de la Lastra, cada día más fuerte: Corporación Financiera Alba sale de bolsa
12/12/24 19:13