Sr. Director:
Es una pena que buena parte del desarrollo de esta Cumbre, la última Cumbre del Clima celebrada en Madrid, haya contribuido, una vez más, a aumentar el escepticismo de muchos e incluso a reforzar el insostenible negacionismo de otros. La ideología ha vuelto a relegar a la ciencia a un segundo plano, y los líderes políticos han vuelto a no estar a la altura, en ocasiones con hechos que contradicen lo que ellos mismos dicen que hay que hacer.
Como ha sostenido la Iglesia católica, que ha contado con voz propia en la Cumbre, es hora de pasar de las palabras a los hechos, de plantearnos la conversión de cada uno de nuestros corazones, de comenzar por pequeños cambios en los estilos de vida personales, y de abogar por una ecología integral al servicio del ser humano y del cuidado de la casa común.