Sr. Director:

Lo que le ha pasado a Reig Pla pone al descubierto dos cosas: que no se predica la doctrina cristiana y que, como consecuencia, el pueblo vive en la ignorancia de dogmas como el del pecado original, que están en la base del cristianismo. En una ocasión fui llamado por un párroco de mi ciudad para que, junto con un matrimonio, diera una catequesis a los padres que querían bautizar a sus hijos. En la reunión previa que tuvimos los tres catequistas con el párroco se me ocurrió decir que habría que enseñar a los padres que gracias al bautismo sus hijos adquirirían la gracia sin la que habían nacido a causa del pecado original. Yo creía que eso era una obviedad. Pues no. Los otros dos "catequistas" se rieron de mí como si fuera tonto. Reig Pla habló del pecado original dándolo por sabido, pero no lo es. Y que no lo sea no es tanto culpa del pueblo, como de unos sacerdotes que desde hace demasiados años dejaron de predicar la doctrina en los púlpitos para dedicarse a comentar la última noticia publicada en el periódico. Y así nos va.