Sr. Director:
Vamos a comenzar con la ruina económica. En el año 1975 muere Franco, la deuda de España era el 7% del PIB. Año 2022 la deuda alcanza el 113% del PIB. Actualmente pagamos por los intereses de la deuda 90 millones diarios; no me equivoco, datos obtenidos por Internet. ¿Cómo es posible que exista esa diferencia abismal? ¿En qué se ha gastado el dinero? Después de estrujarnos con impuestos como a un limón, aún debemos esa cifra. ¿Dónde está el dinero? Me contaba un amigo mío que tenía un alto cargo en Madrid, que después de la muerte de Franco se reunieron todos, políticos, sindicatos, y demás personajes del poder económico y financiero, etc. Y se repartieron la tarta, lo robaron todo. Yo puedo denunciar una parte de ese robo porque a todos los empleados bancarios que teníamos una Mutualidad de diez mil millones de pesetas, fueron absorbidos por aquella banda de ladrones. Con esta información económica, sería suficiente para condenar este maléfico y perverso sistema, pero si nos adentramos en el orden moral y religioso, es imposible describir el mal incalculable que han producido en España. Y por desgracia tenemos que reconocer que parte de la Jerarquía Católica, conscientes o no, fueron los “tontos útiles” que lo propiciaron. Y no sé que obispos había en las diócesis, pues se decía que mas de 1300 comunistas se hicieron sacerdotes ¿Qué seminarios había que no se percibieron de esta intrusión maléfica?
Se van a celebrar elecciones generales; es una oportunidad para que despertemos de este sopor letal. Lo que más pena me da es la juventud, y la Iglesia Católica, tiene que condenar sin medias tintas ni ambigüedades que un católico no puede votar a ningún partido si éste no respeta la ley natural.