Ante la manifestación bajo el lema "Cada Vida Importa", que tendrá lugar en Madrid, Dalila, una mujer que tiene 38 años, abortó hace diez, con 28, señala que sabe lo que hizo y se arrepiente.
Explica por qué terminó abortando al hijo que esperaba: "tenía miedo de perder mi empleo, mi pareja, me sentía realmente sola, sentía que no tenía el apoyo de alguien, ni siquiera de una persona que me dijera 'vas a salir adelante', mi pareja no me dio oportunidad, se negó totalmente".
Dalila pensaba que no tenía porqué arriesgar nada. Buscó una clínica de aborto en Internet y la encontró. Precisa que fue con la esperanza de no hacerlo y que acudió allí sin ser realmente consciente de lo que es en sí un aborto. "Es un lugar preparado para que salgas sin tu bebé, en el que nadie te pregunta si quieres hacerlo", señala.
Tras abortar, Dalila explica que no sintió ningún alivio: "Es una experiencia horrible porque eres consciente de lo que está ocurriendo allí y en ese momento te pones a imaginar la cantidad de bebés que matan allí a diario y somos las madres las que lo permitimos. Es un cuadro que no se te olvida nunca. Aborté por no perder a mi pareja, no resultó porque él se fue de todas formas".
Tras pasar por esta experiencia, Dalila acude a diario a la puerta clínicas de aborto para intentar ayudar a otras madres a seguir adelante con sus embarazos ya que, según señala, son las circunstancias las que abocan a la mujer a este drama. "Tus padres, tu esposo, tu pareja, o quien este en ese momento a tu lado; lo que esa persona quiera no debería ser el detonante para que una mujer tome la decisión". Me parece un válido testimonio.
Valentín Abelenda Carrillo