Al inicio de la Cuaresma, los obispos del País Vasco y de Navarra han hecho pública una extensa carta pastoral, en esta ocasión sobre el valor central de la misericordia.
Este texto profundo y clarificador, ofrece una reflexión sobre la naturaleza y significado de la misericordia y sobre sus consecuencias sociales, detalladas en algunos ámbitos en los que se percibe una especial necesidad.
El primero de ellos, referido al contexto histórico por el que atraviesa el País Vasco, es el de la convivencia social herida por la huella de la violencia terrorista. Los obispos sostienen la exigencia "de escuchar a las víctimas, ofrecerles el consuelo de Dios, la acogida, el acompañamiento y la ayuda necesaria".
Y se refieren también a los causantes de la muerte y del dolor, invitándoles "a reconocer y a reparar el daño causado" y "a abordar la sanación de las secuelas físicas, psíquicas, espirituales y sociales que la violencia ha generado".
Reconocen los obispos que el perdón es una gracia que no se puede imponer ni exigir, pero señalan como referente algunos testimonios de perdón y reconciliación heroicos, que son una esperanza para esta sociedad.
J. D.