Interior de una sucursal bancaria.
Tras los años de la crisis económica, los bancos se preocuparon mucho de volver a ganar dinero. Era necesario crecer en negocio típico bancario (intereses y comisiones), y claro, en un contexto de bajos tipos de interés, todos miraron a las comisiones.
Al principio querían cobrar a los clientes por sacar dinero en los cajeros de otro banco que no fuera el suyo, pero el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, les cortó las alas y les prohibió hacerlo. Al mismo tiempo, la mayoría de la banca pasó a cobrar comisiones al cliente por tarjeta y cuenta… aunque esto no les basta.
Y, ¡asómbrense! Ahora hasta cobra comisiones por las transferencias entre sucursales... del mismo banco. Tres euros, para ser exactos.