No es ningún secreto que las instituciones de gobierno o administrativas más cercanas al ciudadano, es decir, los ayuntamientos, son las que más cumplen con él. Pero también son las que más le cobran.
Y es que los ayuntamientos, a diferencia de las comunidades autónomas, sí tienen capacidad normativa para colocar impuestos al contribuyente (Impuesto de Bienes Inmuebles, Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), etc., así como otras cuantas tasas, como la de recogida de basuras. Y lo hacen sin ningún miramiento, por ejemplo, Alberto Ruiz-Gallardón, siendo alcalde de Madrid, pegó un subidón al IBI y estableció el pago de la tasa de basuras dos veces al año en lugar de una.
Precisamente, el pasado jueves, ayuntamientos y diputaciones provinciales presumieron de que habían reducido su deuda en 4.000 millones entre los años 2012 y 2014. Ahora sólo 4.695 consistorios de los 8.118 que hay en total y que acuden a las elecciones municipales del próximo domingo, tienen deudas. Pero claro, esto es posible por la subida en los impuestos que recaudan, mientras que las autonomías, salvo País Vasco y Navarra, dependen de lo que les da 'papá Estado' y por ello, no les es tan fácil reducir su deuda ni su déficit.
Hispanidad
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