Valiéndose de la alabada inteligencia artificial, un grupo de gamberros, adolescentes de cabeza hueca y mente rijosa, en la extremeña localidad de Almendralejo, han adosado cuerpos desnudos a los rostros de chicas menores, y alguno, ya más miserable, más adulto que adolescente tonto, incluso ha intentado extorsionar a las chicas/niñas al estilo mafioso. 

Gran conmoción... y veo bien que se ponga en marcha una campaña contra estos niñatos. Hombre, esto antes se solucionaba con una buena bofetada pero creo que mi proposición no sería bien acogida por las sensibles almas progresistas que nos gobiernan... aunque sin duda se trataría de una santa bofetada. En cualquier caso, hay que acabar con estos ataques.

Ahora bien, dos detalles:

1.Para luchar contra los excesos en Internet, multiplicados ahora gracias a la inteligencia artificial, la única forma es suprimir el anonimato, verdadero cáncer de la red. No es posible suprimir el anonimato al cien por cien, pero sí, por ejemplo, ligar cada aparato, sea teléfono móvil, tableta u ordenador a una identificación personal.

La clave de la Red de redes, si lo prefieren, el problema de la red de redes, es el anonimato, que siempre es vehículo de cobardía. Sí, suprimir el anonimato de Internet al 100 por 100 no es posible, pero sí puede avanzarse por ese camino. Y mucho.  

2.Lo dicho por los propios energúmenos para justificar su injustificable actitud: ¿De qué os quejáis si luego vais sin ropa por la calle

Entendámonos, ni aunque fueran desnudas se justificarían los montajes digitales, encima pasados de móvil a móvil. Pero sorprende tanto rasgado de vestiduras en algunas madres que luego permiten a sus hijas adolescentes... ir medio en bolas. Y es que muchas adolescentes de hoy escandalizarían a la vedette de un club de citas de no muchos años atrás.

Y si no estuviéramos imbuidos del más tonto feminismo: el de Irene Montero y compañía, valoraríamos el párrafo anterior.