Una de las costumbres del gobernante demagogo consiste en ayudar -con dinero de los demás, naturalmente- al votante de hoy fastidiando al de mañana.  

La reforma de las pensiones de José Luis Escrivá representa exactamente eso. Se suben las pensiones en 2023 para que voten a Sánchez aún sabiendo que el modelo condena a las nuevas generaciones a pensiones de miseria.

En Francia se jubilan ante que en España pero exigen más años de cotización para acceder a un pensión... sólo un poquito digna. Los franceses se han echado a la calle, con gran violencia. Pues el problema en Francia es menor que en España porque se trata de una población más joven que la española.

Y claro que todos somos partidarios de que suban las pensiones. Los ancianos se lo merecen. El problema es de dónde sale el dinero. Nadie quiere reducir las pensiones pero nadie sabe cómo financiarlas... porque somos una población envejecida. Aceptémoslo: tenemos que bajar las pensiones porque no hemos tenido hijos y el que no ha tenido hijos... habría que pensar si tiene derecho a pensión alguna. Es que yo he cotizado para mi pensión. No, usted ha cotizado para pagar la pensión de sus padres al igual que sus hijos cotizan para pagar la suya. Por eso se llama sistema de reparto.

De entrada, retrasar la edad de jubilación, eliminar las cuotas sociales y pagar las pensiones con IVA

Como no hemos tenido hijos pues tenemos que trabajar más años para cobrar una pensión. En segundo lugar, hay que reducir las cuotas que merman el empleo... como bien reconocía el ministro Escrivá cuando no era ministro. De entrada, retrasar la edad de jubilación y pagar las pensiones con IVA. Si no además de tener pocos hijos, encima, tendremos muchos parados. Lo mejor para financiar unas pensiones crecientes.

Y si no.. pues sigamos engañándonos a nosotros mismos. Yo también quiero subir las pensiones a nuestros padres. El problema es que no sé de dónde sacar el dinero.