La publicidad narrativa de calidad puede salvar a la prensa escrita y evitar su desaparición
Afirma Jill Abramson (en la imagen), exdirectora del prestigioso The New York Times. "Cuando me ficharon, fue por mi capacidad para contar historias en profundidad", explica en una charla magistral sobre la importancia de la narrativa impartida en la Fundación Rafael del Pino en Madrid, en el marco de la tercera edición de 'Conversaciones con...', una serie de encuentros organizados por la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra.
A lo largo de la conferencia explicó que la habilidad de contar historias es realmente más valiosa que nunca. ¿Qué tiene que ver con la publicidad? Estoy segura de que tanto en España como en Estados Unidos ocurre lo mismo. Todo el mundo habla de la publicidad narrativa, el "branding". Todo ese tipo de publicidad es, al fin y al cabo, contar historias. Es una publicidad que no quiere parecer publicidad en el sentido convencional sino que quiere parecerse más al periodismo. Es una publicidad más sutil respecto a la forma en la que promociona el producto. El éxito de ese tipo de publicidad, tiene mucho que ver con la habilidad del contador de historias.
Lo que a mí me preocupa con este tipo nuevo de publicidad es cuando miente, cuando su objetivo es engañar al lector y no hay una llamada que nos indique que se trata de un contenido publicitario.
Lo que he observado en The New York Times, hasta ahora, es que no intenta engañar ni confundir a los lectores. Se ve claramente que es publicidad pero está tan bien hecha que casi parece información. Es una nueva forma de publicidad que se ha convertido en un negocio multimillonario en los Estados Unidos y no sé si en España es así, pero lo será. Y para tener éxito en este campo hay que tener buenos contadores de historias y creativos publicitarios ingeniosos.
Una semana antes de marcharme de The New York Times, los del grupo Conde Nast anunciaron que iban a crear un departamento específico dedicado a este nuevo tipo de publicidad y que iban a utilizar a algunos de sus redactores para que se dedicaran a estos anuncios porque había una enorme demanda de esta nueva publicidad narrativa.
Clemente Ferrer
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