El semanario Teleprograma del 19 al 25 de enero, publica el ranking de las cinco series televisivas más vistas. Destaca Algo que celebrar, emitida por Antena 3 y que ha logrado una audiencia de 3.307.000 espectadores y una cuota de pantalla del 18%.
Manuel y Concha son los patriarcas de la familia Navarro. Sus cuatro hijos, Lolo, Eva, Laura y Santi, son la excusa de sus encuentros familiares y la causa de sus discusiones. Una constante celebración reúne a esta peculiar familia que reúne variadas personalidades y diferentes formas de afrontar la vida. La anarquía y el caos suelen ser el ingrediente común. El amor familiar es la medicina para afrontar cualquier desastre.
Algo que celebrar se sitúa en el "prime time" con la pretensión de cautivar al público familiar. Para ello los guionistas han decidido incluir en las tramas un amplio abanico de personajes con los que el espectador pueda identificarse: desde los menores, en edad de hacer la primera comunión, hasta los septuagenarios, pasando por jóvenes, adolescentes y cuarentones.
Sin pudor, la serie se promociona orgullosa de simbolizar a la familia española en un alarde de falta de honestidad. Degradan a la institución familiar empleando un corrosivo y soez vocabulario. Así, el patriarca Navarro es el infiel; la hija mayor, Laura, es la progre con una familia desestructurada; Lolo, el tradicional con unos hijos entre memos e insoportables; Eva, soltera llena de complejos, busca pareja a toda costa y Santi, el menor de los hijos, decide casarse con una inglesa tres meses después de conocerla.
Otra mención aparte necesitarían los personajes secundarios que no escapan al corsé de los estereotipos de la comedia española. Los guionistas juegan con el humor. De fácil comprensión. Algo que celebrar se posiciona, desde su primera entrega, en lo más plano de la comedia española sin dar opción a la duda.
Nada interesa, nada innova y nada enriquece este producto audiovisual concebido para adocenar a la audiencia sin atender a las particularidades de los personajes. En algo que celebrar los temas importantes se caricaturizan, lo que para muchos es lo más importante: la familia. Una auténtica bazofia. Los espectadores, de bajo poder adquisitivo, no tienen el perfil óptimo para su programación en las diversas campañas publicitarias.
Clemente Ferrer
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