Es cierto y natural que España debe mantener buenas relaciones con todos sus socios, especialmente con los de la Unión Europea y más si son buenos clientes.
Sin embargo, eso no significa mostrar sumisión hacia los poderosos y, dejar en ridículo y sin apoyo a los agricultores y comerciales españoles, como está haciendo el Gobierno de Rodríguez Zapatero al "perdonar" a Alemania su responsabilidad por la pésima gestión en la mal llamada crisis de los pepinos, cuyo origen parece por fin aclarado.
El Ejecutivo debe exigir con firmeza a las autoridades alemanas que reparen los graves errores que provocan cuantiosos daños a nuestra agricultura y a nuestro comercio. Por el contrario, desorientado y sin pulso político, el Ejecutivo se conforma con unas migajas en forma de campaña de promoción y elude su obligación de defender los intereses españoles.
En lenguaje popular a la actuación del Gobierno se le llama "bajarse los pantalones" ante la poderosa y "fracasada" Presidenta de Alemania.
Domingo Martínez Madrid