Los ceses de presidentes de empresas privatizadas se harán, naturalmente, por razones de Estado. Por eso, preocupa tanto en Telefónica la súbita amistad surgida entre el director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien conversa telefónicamente más que a menudo. No hay que olvidar que Pedro J. podría recuperar su antiguo poder (consistente en quitar y poner ministros, en quitar y poner empresarios) si consiguiera la cabeza de César Alierta, y eso aunque fuera una filosocialista quien le sustituyera. Para Ramírez, nadie podría apoyar más a Prisa, otro de sus enemigos, que una Telefónica presidida por Alierta.