Sr. Director:
A un Gobierno nacido de la muerte, sí, de la muerte de 192 madrileños y la sangre de casi 2.000, ¿qué podemos pedirle?

Cuando aceptaron la toma del poder conseguido gracias a la terrible agresión terrorista de sangre y muerte, ¿qué honestidad y ética política podemos encontrar en ellos? Naturalmente su principal objetivo y preocupación ha de ser la muerte, la crispación, la mentira, la vileza,…

Es así y a ello hay que añadir la manipulación insistente del lenguaje, para acomodarlo a sus perversas intenciones; pese a ello, nunca creeremos que sus maldades sean piadosas obras de caridad con los ciudadanos.

Podrán llamar de la forma más "dulce" que imaginen al asesinato de niños no nacidos (aborto), podrán buscar muchos derechos a terceras personas (las infanticidas madres), que tales hechos no dejan de ser crímenes execrables.

Podrán llamar "muerte digna" al asesinato de ancianos, pero no nos van a disuadir de que lo más indigno que hay es matar como a los perros a una persona que ya no nos resulta útil.

La verdadera dignidad estriba en morir como seres humanos, de forma natural, y cuándo y cómo Dios quiera. Forma parte también del regodeo de Zapatero por todo lo que signifique muerte, la instigación al “juez estrella" a que abra las tumbas de los caídos en la guerra civil de uno de los bandos, aunque ello sea contrario al acuerdo de todos los españoles que firmamos el 6/12/1978.

La perversión del lenguaje es la forma más ruin y miserable de intentar engañarnos, de ofender nuestra razón, de pisotear los derechos y la voluntad de los españoles.

Y todo ello es edulcorado al mejor estilo marxista, controlando los medios de comunicación, la justicia y la educación de las nuevas generaciones. Hemos perdido nuestras libertades y los niños obligados a perder su inocencia.

Se legisla contra el pueblo y sus medios nos hacen creer que es a nuestro favor. Estamos sufriendo la mayor avalancha de mentiras, jamás proferidas por gobierno alguno.

Los católicos somos lacerados y perseguidos, sin el menor pudor y con todo descaro.

Su único objetivo es el cambio de la sociedad para acomodarla a su antojo y a sus perversas ideologías, con un radicalismo que no habrá forma de pararlo.

Pablo Delgado Escolar

padel@telefonica.net