En el mismo Consejo de Ministros del día 11 se convino elevar recurso de inconstitucionalidad de la Ley 3/2004 de 25 de febrero del sistema universitario vasco. La versión oficial es que "se trata de unas impugnaciones de carácter técnico". El Ejecutivo argumenta su recurso en lo que entiende como extralimitación competencial y extralimitación también del principio de autonomía universitaria.

 

No se lo van a creer, pero el recurso "es perfectamente compatible con el diálogo", Fernández de la Vega "dixit". ¿Qué cómo se maneja la compatibilidad? Muy fácil: la vicepresidenta explica que la ministra de Educación, Carmen Calvo, trató de ponerse en contacto con el Gobierno vasco de forma improductiva. Tras el pinchazo, el Ejecutivo opta por el recurso, máxime si tenemos en cuenta que el sábado 12 vence el plazo máximo. Y a partir de ahí, se mantiene el diálogo. Aunque, a lo mejor, el Gobierno vasco no se siente especialmente motivado.

 

De lo que no quiso dialogar Fernández de la Vega fue sobre el informe de Amnistía Internacional que reportaba maltratos en las cárceles españolas. "No conozco ese informe, no lo he leído y, por tanto, no puedo hablar del mismo", dice De la Vega. ¡Ese es mi diálogo! El problema es que el Gobierno ha sacado el hacha de matar, pero con mucho talante. La estrategia es dar el golpe con la boca pequeña y predicar diálogo. Y si cuela, cuela. Y casi cuela. Pero, claro, la estrategia ya era demasiado burda: diálogo sí, recurso también y a lo incómodo, no contesto. Eso sí, De la Vega anuncia que el Gobierno hablará con todas las CCAA en el proceso anunciado de reforma de la Ley de Ordenación Universitaria.

 

Tampoco hay problemas con el "plan Galicia", a pesar de que Magdalena Álvarez afirmase que se trataba de "un señuelo para engañar a los gallegos". "A veces parece que no hay interlocución, pero en el fondo se trata de un mal entendido". Sí, lo han adivinado. La autora de la frase es la equilibrista lingüística, María Teresa Fernández de la Vega: "Este Gobierno no sólo va a cumplir con el Plan Galicia, sino que va a mejorarlo. Lo dotaremos de más contenido". Oído cocina.

 

Por lo demás, el Gobierno no renuncia a ganar la batalla de la presencia de las lenguas oficiales en España en la Unión Europea. "Se negocia hasta el último segundo", señala la vicepresidenta primera. Un discurso para la galería porque el propio Borrell ya se mostró escandalizado del enorme presupuesto que supone la actual Babel comunitaria. Gallegos, vascos y catalanes deberán de conformarse con que el texto del futuro Tratado Constitucional esté en sus lenguas maternas.

 

Por lo mismo, el Gobierno "no está en momento de cesión de competencias" en aplicación del 150.2 de la Constitución como reclama la Generalitat de Maragall. Vamos, que "no toca". ¿Les suena?