Sr. Director:
La estrategia de Zapatero y su gobierno está clara: dejar pasar el tiempo hasta que escampe. Se evita así romper las negociaciones con los terroristas, algo que sería de sentido común para cualquier mortal y para cualquier democrática medianamente serio. Pero Zapatero es de otro mundo. ¿Del mundo de Alicia en el país de las maravillas?
Los socialistas y el gobierno ZP siguen hablando con ETA, mirando para otra parte ante la realidad de unos asesinos que están actuando en Francia como si estuvieran planificando nuevas acciones terroristas. ETA no desiste en sus pretensiones de autodeterminación para el País Vasco y de anexión de Navarra, y además juegan con ventaja, a sabiendas de que tienen enfrente a un Gobierno débil, aconejado y arrinconado por sus propias cesiones y sus evidentes cobardías. Lamentablemente ante esta preocupante situación Zapatero no duda a la hora de afirmar que el proceso de rendición debe continuar adelante.
Por mucha labia de Rubalcaba, mariachis mediáticos y sonrisa zapateril resulta imposible justificar una negociación con ETA. Zapatero se ha entregado en los brazos de unos asesinos y ahora se deja llevar por un camino irreversible que lleva al abismo a la sociedad española. Para el presidente, que cada vez tiene menos apoyo de los ciudadanos, todo vale. Zapatero aguanta el chaparrón; no quiere romper el proceso de rendición por nada del mundo. ¿Qué tiene que ocurrir para que este señor entre en razón?
Jesús García González
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