El Tribunal Supremo ha absuelto al ex presidente del BBVA, Emilio Ybarra, y al resto de implicados por el Caso Alico, las famosas cuentas secretas con la que se pagaban complementos de pensiones a los vocales del Consejo de Administración. Todos los periódicos y agencias se han hecho eco de la noticia (les apuntamos El Ideal de Granada por formar parte del Grupo Vocento, en el que participan los Ybarra) y ahora urge preguntarse lo siguiente: ¿Qué va a usted a hacer, señor Francisco González, presidente del BBVA? Usted no es presidente por accidente, sino por incidente, por el incidente que usted mismo creó para expulsar a las dos personas que podían hacerle sombra: el presidente Emilio Ybarra y el consejero delegado Pedro Luis Uriarte. ¿Les va a reponer en su puesto? ¿Cómo va a hacerles recuperar su prestigio personal y profesional, desaparecido el día en que usted les denunció ante el Banco de España, con el aplauso de Rodrigo Rato, el vicepresidente económico del PP que quería españolizar el BBVA?

Porque lo que no dice la información es el trasfondo, la clave del asunto. El fusionado BBVA estaba co-presidido por usted y por Emilio Ybarra con Pedro Luis Uriarte, como primer ejecutivo. Cuando Ybarra le informa a usted de estas cuentas que él no puso en marcha (se remontan a la participación de KIO en el antiguo Banco de Vizcaya) ustedes se va con el cuento al Banco de España, gobernador por otro de los hombres de Rato y ex compañero suyo en Renta 4, el mismo que prohibió a Sacyr ejercer sus derechos en la entidad, para que exija responsabilidades a Ybarra. Al final, dimiten Ybarra, dimite Pedro Luis Uriarte, y usted se queda como presidente único, con todo el poder. Y ya puestos, aprovecha para expulsar a todos los consejeros del BBVA, como recipendiarios de esas pensiones. Alfonso Cortina por ejemplo, le echó afirmando que, no le acusaba de nada, pero que era mejor para todos que los vocales procedentes del Bilbao Vizcaya abandonaran la entidad. Así se quedó con los sumisos vocales de Argentaria (ni una sola acción) y con los ejecutivos del BBV, que eran los que sabían llevar el banco.

¿Por qué aceptaron el vergonzoso cese gente como Juan Entrecanales o Alicia Koplowitz? Pues porque los ricos se comportan como gallinas mojadas en cuanto huelen el escándalo, y usted de banca sabe poco, pero de pasiones y debilidades humanas se lo sabe todo.

Por cierto, observen en la información que hablamos de 19,2 millones de euros, cifra total de las cuentas juzgadas y de las que salía el dinero para pagar a los consejeros del banco. Pues bien, a 31 de diciembre de 2005 (dentro de poco conoceremos cuánto ha subido en doce meses) la pensión que el banco pagará a FG para que no pase apuros a fin de mes una vez se haya jubilado, se eleva a 38 millones de euros. Justamente el doble, para él solito.

Por cierto, ¿a que no adivinan quién fue el juez que apoyó a FG y encausó a todos los consejeros? El mism Baltasar Garzón, al que ahora acaba de desautorizar el Supremo. Pero, ¿qué importa? Y no se rompan la cabeza pensando que FG es del PP y Garzón tira al PSOE. El error está en la segunda premisa: Garzón no es de izquierdas ni de derechas. Él se definiría como progresista, pero es, ante todo, un juez-vedette, capaz de cualquier cosa con tal de estar justo delante del objetivo de las cámaras.

¿Y ahora qué, señor FG?

Eulogio López