Antxon Urrusolo, autor de una biografía sobre Gregorio Ordóñez, ha explicado en Onda Cero que Goyo rompió el silencio que imperaba en el País Vasco. Goyo que fue el llanero solitario al denunciar la situación de empate, creía en la victoria frente al terrorismo. Hubo dos fases en las que tuvo protagonismo esencial: una, al construir la autovía de Leizarán. En el 85 ETA amenazó a los constructores, en el 89 envió cartas bombas, y luego hubo sabotajes y muertos. Los representantes políticos, todos, salvo Gregorio Ordóñez, deciden cambiar el trazado de la autovía. Dicen: démosle la razón a ETA y evitemos este sufrimiento. Goyo se negó y eso se tradujo en una impresionante subida electoral. En las elecciones europeas, el PP sacó mucha diferencia al PSE. En ese momento, la TV vasca convoca a un debate a tres personas: Eguibar, Goyo Ordóñez y Fernando Buesa. De aquellos tres representantes políticos, sólo uno sigue actuando en política. Se quitaron de en medio a los otros dos. Los retiraron de la política. Anteriormente, consiguieron que la central del Lemóniz no se construyera. Pero la sociedad reaccionó y fue la figura de Goyo el principio de la libertad: Goyo decía que un banco no podía negociar con sus atracadores.