Directivos de la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha (CCM) que preside Juan Pedro Hernández-Moltó, son insultados por los pasillos por el personal de la entidad, un tanto soliviantados por la situación de crisis inocultable en el que se mueven. Como ya hemos informado, el Banco de España consideraba que había que intervenir CCM pero el Gobierno se lo impidió para no hacer frente a la mala imagen pública y al posible efecto dominó que podía acarrear.
Pero la solución Unicaja, presidida por el socialista Braulio Medel, tampoco parece buena solución, Por de pronto, Pedro Solbes está dispuesto a aportar 1.000 millones de euros, pero Medel pide 3.000 millones. Por ese precio no hace falta que lo absorba nadie, hasta el más tonto podría taponar los agujeros. En cualquier caso, todo el Fondo de Garantía de Depósitos de cajas de ahorros (FGD), precisamente el mejor dotado porque ninguna caja de ahorros ha entrado en crisis, posee 4.200 millones de euros. Es decir, que si se atiende la reclamación de Unicaja se habría gastado, en el reflotamiento de una entidad el tamaño medio-pequeño, nada menos que el 70% de todo el seguro de garantía.
Y el miedo no termina ahí, porque el modelo CCM se repite en otros lares. Por ejemplo, uno de los directivos más discutidos de la entidad que preside Hernández Molto es el consejero de su Corporación industrial, Javier Hernanz. La Corporación CCM ponía en marcha empresas conjutnas con socios locales -por ejemplo promotores- para "diversificar" el riesgo. Lo malo es que esos socios -entre los que destacan los inmobiliarios hermanos Barco, Ignacio y Antonio, ´compraban acciones con créditos de CCM y con el aval... de las propias acciones compradas. Conclusión que al final pagará CCM. Por eso muchos piensan que Unicaja a lo mejor está pidiendo menos de lo que le tocará pagar. Los Barco, por contra, apenas perderán dinero.
Otro ejemplo paradigmático de lo que está sucediendo en el sector bancario: el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, es amigo de fichar inspectores del Banco de España, pero sin darles poder. Pues bien, a la vista de la situación, acaba de ascender a los de sus fichajes. Francisco Zamorano se ha convertido en director general Adjunto de Riesgos, mientras Albino Espinosa es ascendido a igual categoría como responsable de control de costes.
Los cazatalentos se rifan a los inspectores del Banco de España pues es el perfil que ahora desea toda entidad: no el comercial agresivo sino los mister no y, para ello, anda mejor que un inspector.
Y es lógico que éstos se dejen querer, porque el gobernador MAFO los tiene enclaustrados en Cibeles, no vaya a ser que descubran lo que no quieren.
Tiempos de crisis.
Eulogio López
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