Estados Unidos sigue siendo la tierra de las oportunidadesal menos para los perros. Sólo así se entiende que una comedia dramática como Una pareja de tres haya obtenido en la taquilla de su país de origen la friolera de 139 millones de dólares

Un joven y atractivo matrimonio de periodistas comienzan a tener diferencias cuando la esposa manifiesta su deseo de ser madre. El marido entonces, para acallar la llamada a la maternidad de su parienta, decide comprarle un perro. Pronto Marley (el perro) se convierte en el centro de sus vidas y de todo tipo de desastres que ocurren a su alrededor propiciados por el indisciplinado canHasta que la pareja logra tener la deseada descendencia que ella anhelaba

Una pareja de tres cuenta con un arranque tópico y simplón repleto de gags infantiloides que parecen anunciar que se trata de una comedia intrascendente pero al menos alegre. Desde la primera imagen está claro que se trata de una autobiografía de alguien (no muy inteligente) que adoraba a su perroPero el tono de la película cambia cuando en la vida de la pareja protagonista hacen aparición los hijos. Si las hazañas del perro desastre siempre se presentan con jocosidad, el nacimiento y cuidado de los vástagos del matrimonio (desde el punto de vista de él, un individuo inmaduro y egoísta) se muestran como una inmensa carga difícil de soportar. Es en ese momento cuando todos aquellos que no hemos tenido perro (pero sí hijos) empezamos a hartarnos de este truño de 125 minutos de metraje que hace buena la irónica salutación: Besos a los perros y patadas a los niños  

Jennifer Aniston (que no interpreta nada bueno en el celuloide desde¿?) y Owen Wilson (que nunca ha hecho nada de calidad) encarnan a la pareja protagonistaMientras que el trabajo de Marley (el chucho) ha necesitado el esfuerzo de más de 22 perros

Para: Los que estén de acuerdo con la solemne estupidez de que el que no quiere a los perros no quiere a las personas