Los problemas del cuasi-monopolio son muchos, pero hay uno que descuella por encima de todos: quién fija los invendidos, y con ello, la facturación entera, de los abonos-transporte. No los fija un árbitro imparcial, sino la propia Logista, y muchas veces el estanquero brama porque Logista le factura más de lo que le corresponde, al no aceptar los invendidos que remite el detallista… o simplemente modificándolos. Los estanqueros callan, porque Logista puede endurecer las condiciones del acuerdo a su gusto: por ejemplo, puede obligar al estanquero a pagar por adelantado, sin tan siquiera permitirle los escasos 15 días vigentes ahora.
Ahora bien, una estanquera valiente se ha atrevido a llevara a la poderosa Logista ante los tribunales. Se llama Mari Cruz Campano, y tiene su establecimiento en la localidad-dormitorio madrileña de Tres Cantos. El caso se ve en el Juzgado número 4 de Leganés (pues Logista obliga a todos los estanqueros madrileños a trasladarse a su sede central, en este municipio del sur de Madrid, para rendir cuentas). Se trata de una pyme, así que no es mucho lo que reclama (1.200 euros). Ahora bien, las prácticas de Logista son habituales, y este caso podría sentar jurisprudencia. De cualquier forma, lo lógico sería que actuara La Comisión Nacional de Competencia, CNC, tomara cartas en el asunto, porque resulta muy adeudado: es una nueva lucha de David contra Goliat. Los ‘davides' son pequeños, pero son muchos.