La doctrina del Tribunal Constitucional formulada con ocasión del caso de Javier Gómez de Liaño sostiene que, una vez solicitado el indulto, queda agotada la vía jurisdiccional, ya que se entiende que el afectado se da por condenado. Por tanto, no habría lugar al recurso de reforma ante el Tribunal Constitucional. Según los juristas consultados, tampoco habría lugar a recurso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Luxemburgo, que sólo excepciona en casos de que no haya suficientes garantías de defensa de los derechos humanos. Se ha aplicado para casos juzgados en Turquía o Rusia, pero difícilmente se puede sostener que España no ofrece las suficientes garantías procesales.
Aunque ese es exactamente el discurso de quienes respaldan la petición de indulto para Rafael Vera. Además del exabrupto de Rodríguez Ibarra Que se metan el indulto por donde les quepa-, la solidaridad señala que la sentencia no llega a probar la malversación de fondos públicos realizada por el ex secretario de Estado de Seguridad.
Por cierto, que Rafael Vera ha señalado que no tirará de la manta que le abrigó durante tantos años. Todos tranquilos. O no, que diría Rajoy. El caso es que Vera está muy molesto con las declaraciones del ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, en las que adelanta que el Gobierno no observa con buenos ojos el indulto. De ahí las declaraciones de Rodríguez Desbarra.
Porque en el actual momento procesal, Vera tiene agotada la vía jurisdiccional al haber quemado el cartucho del indulto. La pólvora estaba mojada y sólo le queda esperar a que la Audiencia Provincial ejecute la sentencia de privación de libertad. En caso de que no se persone, incurriría en causa de busca y captura y en un eventual delito de quebrantamiento de condena. Así es la vida. El cuerpo las hace, y el cuero las paga.