Vuelven los rumores de elecciones anticipadas.
España se ha convertido en un país pupas, víctima predilecta de la economía financista y de la tiranía de los mercados financieros.
A la hora de cerrar esa edición de Hispanidad, no estaba claro si Telefónica podría seguir adelante con la OPV de Atento (cerca de 150.000 empleados), mientras se conocía que el Santander -la otra gran firma bursátil española- no había podido colocar sino la mitad de su emisión de cédulas territoriales por valor de 1.000 millones de euros.
Y ojo, porque están pendientes la colocación de Bankia y de Cívica -producto de la desgajada reforma financiera o conversión de las cajas de ahorros en banca- así como las públicas AENA y Lotería, aparte de Día. Y no es que sean malas empresas y, además, se están vendiendo a precio de saldo: sencillamente es que nadie cree en la Economía española y el tratamiento de la prensa internacional no puede ser más duro e injusto.
Y la deuda soberana tampoco está para tirar cohetes. Los problemas con Grecia, como consecuencia de la desastrosa política de recate lanzada por Angela Merkel repercute sobre la deuda de los países periféricos-sureños.
Todo ello ha disparado de nuevo los rumores sobre un adelanto electoral. Actualmente Rubalcaba se niega: no tiene tiempo para darle la vuelta a la tortilla.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com