El Gobierno se queda sólo en su empeño por cerrar la central nuclear El terremoto está desatado. Tras la sugerencia de Zapatero de cerrar Garoña, los sindicatos de la planta y el mundo nuclear se ha echado al monte. A la rueda de prensa de los trabajadores de Garoña, se suma la solidaridad de los sindicatos de energía nuclear, la amenaza de uno de los alcaldes de un municipio colindante de salirse del PSOE y la escalada al Aneto de 14 trabajadores de Garoña en defensa de sus puestos de trabajo.
La planta burgalesa da trabajo a 1.000 trabajadores. En total, la nuclear ofrece empleo a 30.000 personas. Y en momentos de crisis y destrucción de empleo es lo peor que se puede hacer. Ahora está todo en el alero. El Gobierno ni siquiera se ha reunido para ofrecerles una alternativa razonable. Y los trabajadores están preocupados. El sector también. Y la industria, y los sindicatos, que aunque ahora estén callados, se han manifestado en reiteradas ocasiones a favor de la nuclear. La industria española necesita energía barata para ser competitiva. Negar la nuclear sea irresponsable. Adolescente, llegaron a decir. Ahora están calladitos.
Lo que está claro es que el Gobierno se está quedando sólo en su empeño por cerrar el reactor nuclear de Santa Maria de Garoña.