Sr. Director:

La noticia me ha puesto los pelos de punta. Un juez ha dictado sentencia de aborto para una joven de Avilés, discapacitada y embarazada de seis meses. Yo no creo que pueda encontrarse jamás, y en ningún caso, un argumento válido para liquidar a un ser humano inocente. Matar a un niño, aunque no haya nacido aún, no tiene justificación, ni siquiera por la insuficiencia psíquica de la madre. El hijo no nacido es totalmente indefenso, y matarlo es siempre un acto de violencia cobarde.

Conocí, en un pueblo de Extremadura, a una mendiga "tonta", oligofrénica, que había tenido una hija porque abusaron de ella. A la niña la acogió una señora, que tuvo así el  consuelo de ser madre de una muchacha estupenda. Cuando ésta se hizo independiente, acogió a su madre mendiga, sin abandonar a la mujer que la acogió;   cuidó a ambas con verdadero cariño filial. Aquello fue un ejemplo.

Si esto hubiera sucedido hoy, el sinvergüenza pronto estaría libre y a ella se le habría privado del derecho a la vida. Volvemos a tiempos de barbarie, con una sociedad cómplice por su silencio.

Josefa Romo

arenife@terra.es