Sr. Director:
Hace escasamente un mes tuvo lugar en Granada el Foro internacional sobre educación diferenciada. Dado el interés que este modelo educativo puede tener para muchos lectores, me parece interesante hacer una mención.
En el citado foro se plantearon preguntas sobre hombres y mujeres: ¿nacen o se hacen? ¿Hay diferencias entre el cerebro masculino y femenino? Los distintos procesos de maduración, ¿hacen aconsejable la separación en las aulas de chicos y chicas? ¿Debe haber un sistema educativo único o plural en la enseñanza pública española?
Y otras cuestiones, como la situación de la educación diferenciada por sexos en el Reino Unido o una investigación sobre el mayor fracaso escolar de los varones en el sur de España, etc.
Llegaron a la conclusión de que "el fin de la educación diferenciada no es separar a niños y niñas, sino evitar que el diverso proceso de maduración de cada sexo discrimine su libertad de elegir para el futuro la profesión más adecuada a la capacidad de cada uno".
Y es que si se enseña de manera razonada, lenta y analítica, las niñas se aburren; mientras que si se enseña de manera explícita y ágil, son los niños los que se pierden. El ritmo de maduración y desarrollo en los varones es mucho más lento que el de las niñas.
Estas conclusiones me llevan a pensar si los legisladores catalanes tienen en cuenta las diferencias entre las personas o es la ideología la que prima a hora de legislar en materia educativa.
Jesús Domingo Martínez
jdmbanyos115@gmail.com