En la madrugada del martes 22, fallecía en Madrid el filósofo Antonio Millán Puelles, miembro del Consejo Privado de Don Juan y profesor de S.M. Juan Carlos I, a quien enseñó Historia del Pensamiento Contemporáneo, siendo ya Príncipe Heredero.
Si Puelles hubiera sido francés, el mundo oficial y el mundo académico se hubieran movilizado, pero en España rige la moda y el miedo escénico, y resulta que Millán Puelles no ha querido adaptarse al signo de los tiempos... y permaneció católico hasta su muerte, no sólo en su vida privada sino también en toda su actividad intelectual. Una provocación.
Catedrático de Metafísica de la Universidad Complutense madrileña, su obra Fundamentos de Filosofía, publicada en la década de los 50 del pasado siglo, ha tenido una larga vida. En todo el mundo, no sólo en España, ha sido el manual de filosofía cristiana por excelencia, que se ha mantenido como una firme columna ante los vaivenes, aún más filosóficos que teológicos, que la Iglesia ha sufrido durante los últimos 30 años del pasado siglo. La filosofía de Puelles era aristotélica, tomista y fenomenológica, tendencia esta que Juan Pablo II, un enamorado de la fenomenología, ha popularizado en todo el mundo intelectual. Para los especialistas, el libro más citado de Puelles es Teoría del objeto puro, para algunos la obra filosófica más importante del mundo hispano durante la pasada centuria.
Pero no era francés. Sólo era español. Y encima católico.
Eulogio López