Sr. Director:
Ya ha pasado bastante tiempo desde aquel "póntelo, pónselo" y vamos recogiendo frutos.
Los índices de embarazos "no deseados" y sus consecuentes abortos van alcanzando cifras alarmantes, gracias a toda la herencia que nos han dejado tanto gobiernos de derecha como de izquierda. Y es que la solución institucional es bastante sencilla: eduquemos a nuestros jóvenes enseñándoles los diferentes tipos de anticonceptivos que existen en el mercado y a repartirlos de forma gratuita y acabaremos con los embarazos no deseados (que es la propuesta del actual ministro de Sanidad).Este hecho entra en debate con la postura que ofrece la OMS (Organización Mundial de la Salud) y la mayoría de los organismos internacionales, los cuales abogan por la educación de los jóvenes promoviendo la abstinencia como modo de retraso de las relaciones sexuales, tanto para la prevención de enfermedades venéreas, incluido el SIDA, como los embarazos no deseados. Pues bien, en mi caso, he asistido a clases sobre "educación sexual" en la enseñanza pública (en institutos a partir de los 12 años) en la cual se ha incentivado a la masturbación, se han explicado la gran mayoría de los métodos anticonceptivos (preservativo masculino y femenino, DIU, espermicidas, etc), se ha incitado al uso de la píldora del día después, hasta incluso se ha expuesto al aborto como un método igual a los anticonceptivos.
Pero en ningún caso se ha hablado de abstinencia o de esperar a tener una edad adulta para poder tener relaciones sexuales, y mucho menos hablar de practicar el sexo únicamente dentro del matrimonio. Pero esta "educación sexual" entra dentro de lo considerado "progre" y todo aquel que difiere de este pensamiento es considerado fascista y retrógrado. Pero una vez más, los datos saltan a la vista, y no es difícil darse cuenta de que esta política de educación sexual tiene resultados nocivos para toda la sociedad, aumentando el número de embarazos no deseados, y en consecuencia, el aumento del número de abortos ilegales.
¿No sería más fácil instruir a nuestros jóvenes explicándoles que se puede llegar a ser adulto sin practicar relaciones sexuales? ¿Podríamos tener una educación, pública o privada, en la que la educación fomentara el equilibrio de nuestra sociedad?
Gabriel José García Díaz
gabigarcia88@hotmail.com