Italia, Malta, Lituania, Portugal, Polonia, República Checa y Eslovaquia firmaron el pasado 20 de octubre un comunicado conjunto en el que solicitan la posibilidad de incluir las raíces cristianas de Europa en el proceso de ratificación nacional. Argumentan que los valores de libertad, justicia, solidaridad y paz recogidos en el artículo 1.2 de la Constitución Europea son valores fuertemente enraizados en el Cristianismo. Además, a estos seis países podrían sumarse Grecia e Irlanda.
El comunicado se produce pocos días antes de que el próximo viernes 29 de octubre los 25 jefes de Estado firmen en Roma el tratado constitucional. "Es precisamente el momento de reafirmar nuestra identidad", señalan. Y es que, recuerdan, cuando al padre fundador de la Unión Europea, Robert Schuman, le preguntaron el 9 de mayo de 1950 por qué emprende el proceso de unificación europea, respondió: "Lo hice porque creo en los fundamentos cristianos de Europa".
Firman este comunicado José Ribeiro de Castro (Portugal), Simon Busuttil (Malta), Bogdan Klich (Polonia), Miroslav Mikolasik (Eslovaquia), Lorenzo Cesa (Italia) y József Szajer (Hungría). Además, apoyan este proyecto Elmar Brok (Alemania), Vytautas Landsbergis (Lituania), Ari Vatanen (Francia), Zusana Roithova (República Checa), Marie Panayotopoulos (Grecia), Anna Zaborska (Eslovaquia), Armando Dionisi (Italia) y Peter Liese (Alemania).
No. No rebusquen alguna firma española. No existe. Tras el cambio de Gobierno, España dejó de defender la presencia de las raíces cristianas en el Preámbulo de la Constitución Europea y hoy sólo es exigido por el partido recién creado, Alternativa Española, cuyo secretario general es el abogado y empresario Rafael López Diéguez.