La festividad de la Almudena, patrona de Madrid, ha servido para desmontar, en plena negociación por el Estatuto catalán, el mito de la balcanización de España. El 9 de noviembre es fiesta en Madrid capital, ni tan siquiera en la región uniprovincial. Sin embargo, si se para Madrid, está demostrado, se para, no sólo la comunidad autónoma, sino todo el país. Y no porque no haya instituciones en una España compuesta por 17 comunidades, sino porque la vida económica y social, en un país de 42 millones de habitantes, gira alrededor de 3 millones de vecinos de la capital. Puedo gustar o no, pero es así.
El pulso informativo también se ha derrumbado, entre otras cosas porque, al detenerse Madrid, no se ha publicado la prensa gratuita.