• El titular de Exteriores, García Margallo (en la imagen) exige al BCE que compre deuda española.
  • Y más impuestos: subirá el IVA. Eso sí, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro cede en la subida de los impuestos directos pero intentará contrarrestarlo con una reducción de impuestos laborales... aunque será mínima.
  • Todo ello con una Europa que no cumple con su ya  acordado rescate bancario a parte de la banca española ni, lo que es más importante, con su promesa de comprar nuestra deuda, presa de los especuladores.
  • Bruselas, es decir, Merkel, sólo acepta otorgar otro año a España para cumplir con la reducción de déficit.
  • El presidente del Gobierno español retuvo la aprobación del nuevo paquete en el Consejo de Ministros. El sábado pidió que Bruselas cumpliera su palabra.

Decíamos en nuestra anterior edición que Rajoy había retado a Bruselas. El reto se concretó en un retraso en el nuevo paquete de medidas de ajuste, entre los que se encontraba la subida del IVA y la reducción del subsidio de desempleo, así como un nuevo toque al tamaño del Estado, sin desechar la reducción del número de funcionarios o el retraso en la edad de jubilación.

Y es que el presidente Rajoy fumaba en propia con sus socios de la Unión, tras el Consejo Europeo de hace 10 días. En ese Consejo, en suma, se acordó el plan de rescate a parte de la banca española y se semiacordó algo mucho más importante: que Europa, a través del BCE o a través de los fondos de estabilidad, compraría deuda española.

La primera en la frente, Mario Draghi se reafirmó el jueves en su política de no comprar deuda soberana y de conformarse con ofrecer la liquidez necesaria. Lo que hizo fue bajar los tipos, lo que ayuda más a Alemania que a España.

Encima, Finlandia y Holanda se echan atrás tanto en la compra de deuda como en el rescate bancario. Conclusión: Rajoy se cabrea y no aprueba nuevas medidas en el Consejo del día siguiente, viernes 6 de julio. Hizo bien, porque si no hay ayuda europea a la deuda soberana española, de nada valdrá que los españoles se aprieten aún más el cinturón: el mercado devora el efecto ajuste en cuestión de días.

La prueba de todo este proceso llegó en la mañana del lunes 9, cuando el ministro de Exteriores, García Margallo el hombre más próximo a Rajoy exigía al BCE que se dejara de monsergas y comprara deuda española. Esto, en plena reunión del Eurogrupo. No sólo eso. Margallo, que tiene la virtud de hablar claro, le recordaba a doña Angela Merkel que los compromisos estaban para cumplirse.

Y por todo ello, el sábado 7, Rajoy prometía todos los ajustes necesarios pero también aseguraba que Europa debía cumplir lo acordado.

El lunes las cosas han cambiado. A pesar de la dureza de Margallo, lo cierto es que el Eurogrupo da largas al rescate bancario y nadie confía en que Europa logre un acuerdo para comprar deuda española y deuda italiana. Además, se permitirá a España un año más (2014) para alargar el cumplimiento de un 3% del déficit público.

Pero hay que ceder: más ajustes, más impuestos. Desde luego en el IVA, aunque el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha apresurado a aclarar que con la subida del IVA, sin fechar, se daría una bajada de impuestos laborales. Buena noticia, pero mucho nos tememos que esa rebaja de cuotas sociales –el famoso 'cuotas por IVA'- resulte imperceptible.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com