Durante la rueda de prensa de presentación de las normas de buen gobierno corporativo, el periodista Mariano Guindal le hizo un comentario al vicepresidente primero Rodrigo Rato:
- Señor Rato, la política es como el autobús, hay que saber en qué parada bajarse.
No pasaba de ser una cuestión intrascendente que el expertísimo vicepresidente podía haber toreado con gracia. Sin embargo, se enfadó y perdió los papeles. La razón es que Rodrigo Rato no sólo ha perdido la carrera sucesoria, es que posiblemente haya perdido la carrera política. Veinticuatro horas después, con motivo de la rueda de prensa del Consejo de Ministros, afirmaba que él estaba a disposición de Rajoy, pero el aviso llegaba tarde. Para entendernos, es Rajoy quien todavía no se ha dirigido ni a Rodrigo Rato, ni a Jaime Mayor Oreja (sus dos principales competidores por la carrera de la sucesión) para ofrecerles algo. Lo cual, sí, debe molestar bastante a los perdedores.