La pasada semana de la revista "The economist" publicó un artículo sobre la situación política en nuestro país, en el que habla del desmoronamiento, en las encuestas, de los partidos tradicionalmente mayoritarios PP y PSOE.
Las razones de esta situación las achaca a: "la corrupción, el amiguismo, el derecho y la falta de transparencia que han convertido la incipiente democracia en un pasivo".
A estos factores habría que añadir los problemas que han dejado los gobiernos socialistas en economía, educación, sanidad, familia, desempleo……de los que tardaremos años en poder recuperarnos.
Estos problemas heredados por el partido del gobierno han supuesto un hándicap importante para mantener su electorado, al tener que tomar medidas impopulares con las subidas de impuestos y recortes en temas de gran calado social. No obstante, los temidos rescates, que hubieran traído a nuestro país a la "troika" con las consecuencias que vemos en países como Grecia, Portugal, Chipre, parecen que han pasado y eso se lo debemos a la sabiduría de los españoles al dar una mayoría absoluta a un partido que ha permitido, a" trancas y barrancas", hacer las cosas sin tener que depender de coaliciones, tan difíciles de manejar, como nos demuestra la experiencia.
Puede ser comprensible que las circunstancias económicas hayan hecho necesario tomar decisiones que han ido en dirección contraria a lo que se había prometido.
No lo es cuando los temas que se aparcan, no tienen una base económica: la ley del aborto, la eugenesia de discapacitados y las políticas de familia: fomento de la natalidad, políticas de conciliación, ayuda a la mujer embarazada, entre otros.
Estas cuestiones estaban en el programa que el PP llevó a las elecciones generales y que debían tener el apoyo de todo el partido. Sin embargo, ahora surgen divisiones y se aparcan sine die como vienen publicando diversos medios de comunicación.
En educación la reforma se limita a cuestiones de forma sin entrar en lo realmente fundamental: distrito único en todas las CCAA para acceder a los centros educativos, integración de todos los centros, tanto de titularidad pública como de iniciativa social en un sistema único, facilitando a las familias la financiación para acceder en igualdad, a cualquier centro y CCAA como respuesta al derecho a la libertad de enseñanza.
El incumplimiento de estos temas, cuando ya "llueve sobre mojado" supone una falta de lealtad con el electorado y como consecuencia una pérdida de confianza para futuras elecciones, que llevaría a lo que el citado artículo llama un gobierno estilo "paella española".
Fernando Villar Molina